"El Camino: A Breaking Bad Movie" , el epílogo que no sabíamos qué necesitábamos.

Después de 6 años de conocer el fatídico final de Breaking Bad, llega al catálogo de Netflix... "El Camino: A Breaking Bad Movie" con su reparto original y de la mano de su visionario creador Vince Gilligan, el cual, repite como guionista, productor y director siendo este proyecto su primer largometraje pero ¿Es "El Camino" una conclusión digna de la serie de culto que marco una generación?

"El camino" transcurre tiempo después de los eventos sucedidos tras el último episodio de la serie "Breaking Bad", el fugitivo Jesse Pinkman (Aaron Paul) huye de sus perseguidores, de la ley y de su pasado. El camino para Jesse no será fácil y es aquí donde comienza una larga despedida regresando a personajes emblemáticos acompañados de una fotografía donde no solo es hermosa sino trae consigo todo aquello que hizo brillar tanto a Breaking Bad, Vince Gilligan conoce bien su universo, ya que se siente como si nunca hubiera acabado la serie y solo nos estuviera entregando un capítulo más pero con una duración diferente.

Es así como esta película se convierte en un epílogo, en una despedida donde Aaron Paul (Jesse Pinkman) nos entrega una actuación sólida que nos recuerda el porque tuvo tanto reconocimiento con la serie, Jesse Pinkman brilla y duele, nos duele ver a donde lo llevaron; todos los acontecimientos que acontecieron con la serie pero también casi sin darnos cuenta, nos preparamos para decirle adiós para siempre cerrando un capítulo de la vida de todos los fans donde ni siquiera teníamos idea de que tanto lo necesitábamos hasta que finaliza de forma épica.

Estamos ante una película que fue hecha con un solo fin, despedir y agradecer, a través de un ritmo lleno de sucesos que te mantendrán tensos.

Agradecemos a Vince por lo que creo y por demostrarnos que se puede volver a empezar, que todos podemos tener una segunda oportunidad si vamos por el camino buscando la redención y en el camino nuestra libertad, la libertad de Jesse Pinkman.

Por: Andrés Pérez